Comenzaremos separando los huevos de su yema y su clara reservándolos por separado. Seguidamente derretimos en un cacito la mantequilla y la dejamos enfriar. Calentamos ligeramente la leche. Precalentamos el horno a 160 grados.
Para no manchar muchos cacharros comenzaremos batiendo en el bol de una batidora de varillas o bien a mano, las claras de huevo con la pizca de sal hasta que estén bien montadas. Las reservamos para un recipiente.
Después sin lavar el vaso de la batidora añadimos las yemas, el agua junto con el azúcar y lasbatimos con las varillas hasta que estén blanquecinas, aproximadamente unos tres minutos. Añadimos la mantequilla líquida pero ya casi fría, y seguimos batiendo hasta que se incorpore. Echamos la harina junto con el cacao en polvo y removemos hasta que no se vean grumos.
Seguidamente añadimos la leche y por ultimo las claras a punto de nieve con cuidado de que no se bajen mucho. Engrasamos un molde desmontable o bien utilizamos uno de silicona que para esta tarta quedan muy bien en ellos, y vertemos la masa. Horneamos durante 50 minutos o hasta que veamos el pastel cocido. Reservamos unas horas en la nevera sin desmoldar hasta la hora de servir. Cuando la vayamos a poner en la mesa espolvorearla con cacao puro en polvo para que le quede la superficie más bonita.