Es importante tener la mantequilla bien blanda, y el huevo a temperatura ambiente. Batir lamantequilla y el azúcar glas con una batidora de varillas hasta que quede una mezcla cremosa. Añadir el huevo y seguir batiendo hasta que se vuelva homogéneo.
Incorporar la harina, la pizca de sal y las pasas de corinto, mezclando todo bien con una espátula o lengüeta, pero sin movimientos bruscos, hasta conseguir una masa regular.
Disponer una lámina de papel film sobre la superficie de trabajo, colocar la masa y cubrir con otra parte de film. Estirar bien para dejar un rectángulo plano y llevar a la nevera. Dejar enfriar como mínimo tres horas.
Precalentar el horno a 160ºC y colocar papel sulfurizado sobre una superficie de trabajo. Poner encima la masa sin el film, y estirar con un rodillo hasta dejar un grosor de no más de cuatro milímetros. Transferir la masa con el papel a una bandeja de horno y hornear durante unos 10-14 minutos. Los bordes deben están más oscuros, pero la masa sólo con un leve tono dorado.
Fuera del horno, aún caliente, espolvorear con un poco de azúcar (opcional). Cortar los bordes irregulares y recortar la masa con un cuchillo formando rectángulos, con la masa todavía caliente. Transferir a una rejilla y dejar enfriar totalmente.