Precalentar el horno a 200ºC. Lavar y secar con cuidado los arándanos. Mezclarlos con el azúcar vainillado y la ralladura del limón.
En otro recipiente, mezclar la harina con el azúcar moreno, las almendras laminadas y la pizca de sal. Añadir la mantequilla troceada y mezclar todo hasta conseguir una textura como de migajas. Lo más práctico es usar las manos, estrujando la masa entre los dedos, hasta que la mantequilla se haya incorporado.
Repartir la fruta en cuatro moldes individuales aptos para el horno, o en una fuente mediana. Cubrir con una buena capa del crumble, sin apretar demasiado.
Hornear durante unos 20-35 minutos, dependiendo del tamaño de los moldes, hasta que la cubrierta esté dorada y los arándanos burbujeen por debajo.